El Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc) es un Centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, perteneciente al Área de Ciencia y Tecnología de Materiales. Su función fundamental es llevar a cabo investigaciones científicas y desarrollos tecnológicos en el campo de la construcción y sus materiales. Este objetivo se alcanza a través del desarrollo de proyectos de I+D+i, financiados por el Plan Nacional de Investigación, la Unión Europea y las comunidades autónomas; así como a través de contratos de investigación con las empresas del sector de la construcción. En la actualidad, el IETcc participa en el proyecto 3D CONS, cuyo objetivo es, entre otros, el desarrollo de nuevos sistemas de impresión 3D para la rehabilitación de envolventes mediante impresión directa y fabricación de elementos prefabricados “a la carta” (sin necesidad de moldes o encofrados).
¿Qué papel juega el Instituto Eduardo Torroja en el proyecto 3D CONS?
Nosotros somos un organismo público de investigación y trabajamos dando apoyo a diversas tareas con una misión triple: generar conocimiento (investigar), dar apoyo tecnológico a las empresas y hacer transferencia de tecnología. En 3D CONS trabajamos en distintas áreas y nuestro Instituto cuenta con tres investigadores principales: Carmen Andrade, Esperanza Menéndez y yo. Los tres, junto con otro personal del IETcc-CSIC trabajamos distintas líneas. En concreto, estamos trabajando en materiales, tecnología y evaluación.
¿Qué aporta el Instituto Eduardo Torroja en este proyecto?
A nosotros se nos eligió, principalmente, por la versatilidad, ya que estamos presentes en distintas áreas de conocimiento como centro de investigación consolidado en el área de materiales. Esta experiencia adquirida nos ha permitido la posibilidad de participar en distintas tareas y de un modo compacto. Para nosotros participar en una innovación tecnológica de primera línea como 3D CONS es un reto importante. Además de los materiales y la tecnología, el Instituto Eduardo Torroja lleva evaluando la innovación en la construcción desde los años 60 a través del Documento de Unidad Técnica, por lo que también participamos como departamento de evaluación. Por otra parte hemos trabajado ayudando al Ministerio de Fomento en el desarrollo del Código Técnico de la Edificación, por lo que conocemos muy directamente los reglamentos que se tienen que cumplir en edificación.
Con respecto a los materiales, uno de los objetivos de 3D CONS es que se fabrique in situ. ¿Han solucionado ya el tema del fraguado de los materiales en altura, casi al instante y en la misma obra?
El mundo de los materiales de la construcción está muy avanzado. Nosotros, junto con las empresas que participan en 3DCONS, estamos utilizando mucha de la tecnología de base que ya existe. Lo que es cierto es que los materiales para ser imprimibles tienen que sufrir variaciones e innovaciones. En este sentido, muchas de las pruebas que hemos hecho y que se hacen en el proyecto nos muestran que los materiales actuales no sirven, ya que tienen que comportarse de una forma óptima como materiales extruibles, al tiempo que tienen que mostrar un comportamiento adecuado durante la puesta en obra que les permita sostenerse. No es algo fácil, pero si fuera fácil no sería un proyecto de investigación de primera línea.
¿Y qué conclusiones sacáis de las pruebas que habéis realizado con los materiales?
En la parte del proyecto que hace referencia a los materiales podemos decir que ya está muy avanzada. En esta parte, que corresponde al denominado hito 1, el Instituto Torroja trabaja en distintos tipos de materiales, en base cemento y de mezclas de varios materiales. La Universidad de Burgos por su parte trabaja en formulación de productos en base de yeso con distintos aditivos. Tenemos muchas pruebas hechas y con los materiales que hemos trabajado podemos afirmar que crear nuevos materiales de construcción adaptados a la impresión 3D a gran escala es absolutamente posible y alcanzable.
Estos materiales de los que habla, ¿podrían calificarse como nuevos?
Sí. Pero tenemos que recordar que están compuestos y tienen materiales ya existentes. Al respecto hay que decir que en el mundo de los cementos y morteros hay materiales de todo tipo, siendo el papel de los aditivos muy importante. Con estos materiales en los que estamos trabajando para lograr el comportamiento adecuado y el fraguado in situ hay un reto tecnológico que estamos tratando de cubrir.
¿Qué opinión le merece la introducción de la impresión 3D en la construcción? ¿Ha tardado mucho en llegar?
El hecho de que se esté haciendo impresión 3D en la construcción es algo absolutamente normal y lógico. Ya se está utilizando en otros campos como la medicina, la industria aeroespacial o los componentes de automóviles. Es lógico que la impresión también haya llegado a los elementos constructivos.
El proyecto 3D CONS, ¿está más enfocado a obra nueva o a rehabilitación?
Yo creo que tiene las dos facetas. De hecho, los prefabricados son para obra nueva, pero el caso de impresión sobre edificios existentes está claramente orientada a la rehabilitación.
¿En qué punto de desarrollo se encuentra el proyecto 3D CONS?
En la generación del conocimiento, tecnología y reflexiones vamos muy avanzados respecto a lo que podíamos ir. Se ha avanzado muy bien y muy rápido. El consorcio es muy complementario y la colaboración de todos los participantes es muy buena. De hecho, si hacemos las cosas bien en cuanto a la tecnología utilizada, creo que tendremos resultados antes de lo previsto y eso nos permitirá también optimizar el proyecto. En mi opinión, creo que podremos conseguir más objetivos de los que nos planteamos inicialmente.
Con respecto a otros países que también están investigando en impresión 3D aplicada a la construcción, ¿qué papel juega España?
Yo creo que de lo que sabemos de los otros proyectos algunos retos que planteamos son diferentes. España no va a ser el único país que vaya a imprimir hormigón en el mundo. Sería pretencioso y absurdo. Pero lo importante es que esta tecnología esté disponible para las empresas, y éstas no son sólo españolas, son multinacionales. En este sentido, y cuando esté desarrollada la tecnología, dará igual que la obra se haga en España o en Estados Unidos. Por ello, veo absolutamente normal que haya otros proyectos de investigación en el mundo relacionados con la impresión 3D en la construcción porque la competencia en la investigación no es mala. Es buena.