La Torre Amura se ha convertido en uno de los iconos en Colombia al ser uno de los rascacielos más altos del país. Ubicado en Cartagena, el edificio está compuesto por un hotel, operado directamente por Marriott, y apartamentos situados en los pisos altos. El diseño y cálculo estructural del edificio, que cuenta con 54 alturas y más de 200 metros, ha sido realizado por la empresa Melo y Álvarez Ingeniería SAS. Hablamos con Ramón Álvarez, gerente y calculista estructural.
El edificio Torre Amura está destinado a uso hotelero y a viviendas de lujo. ¿De qué modo le condiciona estos fines a la hora de diseñar y calcular la estructura?
El hecho de tener un mismo edificio con dos fines diferentes, turístico y residencial, hizo que las plantas fueran diferentes, por lo que había que trabajar y diseñar teniendo en cuenta esta variabilidad. Nos encontramos con un proyecto en el que había muchas interferencias y teníamos que cumplir la normativa propia de establecimientos hoteleros y de viviendas. Hubo muchas dificultades a la hora de encontrar una solución a la ubicación de los ascensores y de las escaleras anti incendios. Además, uno de los grandes retos que tuvimos a la hora de diseñar y calcular la estructura fue tener en cuenta el viento al que iba a estar sometido el edificio.
En Torre Amura, ¿qué solución o tipo estructural le pareció más adecuada: forjado de hormigón o estructura metálica? ¿A qué profundidad hicieron la cimentación?
En Colombia, casi la totalidad de los edificios los hacemos en concreto reforzado y utilizamos esta opción al ser también la que mejor responde a la variabilidad de las plantas. La profundidad de la cimentación, después de realizar los estudios del suelo y realizar los cálculos y comprobaciones oportunos, fue de 50 metros.
¿Qué cargas se consideraron en el cálculo? ¿Qué normativa siguieron para un edificio de 208 metros de altura?
Nosotros tenemos el Código Colombiano de Construcciones Sismo Resistentes de 2010 que es de obligado cumplimiento. Utilizamos esas cargas pero, por supuesto, consultamos normas americanas y europeas, disponibles en CYPE, para tratar de validar lo que estábamos realizando. Nuestras normas son derivadas prácticamente de la norma ACI americana y Colombia se basa mucho en los códigos americanos.
Latinoamérica cuenta con una de las normativas más completas en cuanto a seguridad estructural...
Sí. Latinoamérica cuenta, probablemente, con una serie de normas que son de las más completas que existen en todo el mundo en lo que se refiere a seguridad estructural. Además, nosotros también contamos con unos profesionales muy competentes que, unido a un código exigente y excelente, nos permite generar estructuras que, si cumplen con los requisitos mínimos, van a tener un buen comportamiento. Además, en Colombia también tenemos la obligación de pasar por una supervisión técnica para corroborar que la especificación y todos los detalles de los planos se realizan tal y como están en los propios planos.
¿Qué herramientas informáticas han utilizado para el proceso de cálculo de la torre?
Principalmente hemos utilizado CYPECAD, además de otras soluciones y programas con las que revisamos y corroboramos los resultados obtenidos para cerciorarnos de que todo estaba perfecto, bien diseñado y calculado. Además de las herramientas tecnológicas, la experiencia del profesional es esencial para poder afrontar un proyecto de estructuras con éxito, entender los resultados ofrecidos por el programa y para poder hacer los ajustes que sean necesarios en el mismo.
Desde su punto de vista, ¿cuál es el principal valor que aporta al ingeniero herramientas tecnológicas como CYPECAD?
Yo tengo más de 43 años de experiencia trabajando con estructuras y vengo de la época en la que no teníamos esta clase de herramientas, y utilizamos solo la calculadora. En este tiempo se ha podido ver un cambio generacional muy importante. Sin embargo, el diseño que hicimos antaño de los edificios, con muchísimo conocimiento, es lo que nos ha permitido utilizar programas como los de CYPE.
En nuestra empresa, usamos diferentes herramientas tecnológicas para diseñar con unas y comprobar con otras. El objetivo es conseguir siempre los mejores resultados. Los software, en definitiva, nos permiten desarrollar este tipo de estructuras de más de 200 metros de altura con tantos modos de vibración, sería imposible no realizarlas de una forma computacional.
Nosotros hemos encontrado en CYPE una ayuda muy valiosa. Destacaría de las soluciones de CYPE las memorias de diseño donde se llega al diseño y se verifica el cumplimiento de las normas del Código que estamos aplicando. Nosotros validamos mucho para tener la certeza de que todos los parámetros se cumplen y de que todo lo que se ingresa en el computador es verificable por otro programa o por la experiencia del diseñador. No concibo un diseño sin un software. Es imposible.
...pero siempre teniendo en cuenta que los conocimientos, experiencia y creatividad del profesional es lo más importante a la hora de hacer un proyecto.
Por supuesto. Hay que entender muy bien los resultados para poder entrar a hacer los ajustes que requiere el proyecto. Por ello, es importante que quien trabaja con CYPE, por ejemplo, tenga un alto conocimiento en diseño estructural. En esta actividad necesitamos tener mucha experiencia. El software es un medio para nosotros con el que obtener resultados. Sin embargo, todo está bajo la tutela de la supervisión de profesional responsable para diseñar. En la empresa tenemos claro que tenemos que hacer revisiones manuales para tener un orden de magnitud de todo y saber que los resultados son proporcionales con lo que se está diseñando. Hay que ser cuidadosos en los análisis y en la entrada de datos, y validar la información. En nuestro caso, nuestros proyectos siempre son validados por diferentes softwares.
¿Cómo ve a los profesionales que salen de la Universidad?
Los jóvenes que salen de la Universidad operan muy bien los softwares, lo que pasa es que no suelen tener el conocimiento certero de lo que están haciendo debido a que no han estudiado en detalle todo lo que nosotros hicimos en el pasado. Si nosotros, por ejemplo, vamos a hablar de la parte dinámica, los expertos en diseño saben de la existencia de una serie de ecuaciones diferenciales basadas en muchos estudios y que han permitido llegar al conocimiento del comportamiento de la estructura. Y hay que entender todo esto para saber lo que uno está aplicando en el diseño y saber si el espectro sirve o no sirve. Todo esto son orden de magnitudes y los jóvenes deben saberlo y conocerlo. Es lo que trato de transmitir a quienes trabajan con nosotros.
En su trayectoria profesional podemos ver que ha calculado edificios con una media de pisos que varía entre 20 y 30. ¿Enfrentarse a un proyecto como Torre Amura, de 54 plantas, ha supuesto un reto frente a los anteriores? ¿Cambia el número de alturas el modo en el que un calculista se enfrenta al proyecto?
Cuando pasamos a pisos de 200 metros de altura hay condiciones especiales. Por ejemplo, en el caso de este diseño de Cartagena nos encontramos con un caso en el que las fuerzas de viento son muy altas y fue lo que primó en el diseño de la cimentación. Ahí había recomendaciones para que esa estructura se sometiera a pruebas de túnel de viento para poder validar la información que teníamos.
Nosotros utilizamos todo lo que está establecido en CYPE, que es bastante robusto, y así aplicamos. No obstante deberíamos validar esa información y someterlas a una prueba de túnel de viento. Eso y el tema de las cargas de sismo, las deformaciones de los elementos, empotramientos, volcamientos... Hay una serie de elementos y de variables que tienen que ser muy bien analizadas y cuantificadas. Es un tema delicado llegar a un edificio de esta altura y requiere revisión de muchos parámetros. La seguridad es fundamental, así como la validación de las normativas para conseguir un buen producto.
Cambiando de tema y sobre la situación de la construcción en Colombia, ¿cómo se encuentra el sector en este momento? ¿Cómo ha afectado la pandemia a esta industria?
Colombia no es ajena a lo que está sucediendo en el mundo con la pandemia. La economía se ha resentido, sobre todo, en los estratos altos y la vivienda privada. El Gobierno sigue manteniendo la vivienda social, por su impacto en la generación de empleo. Este tipo de viviendas está creciendo.
Creemos que la construcción de edificios en altura, el último fue en Bogotá (64 pisos), se van a resistir. El problema que tienen estas construcciones es la duración de las mismas. En un momento como el actual, con los altibajos de la economía, un proyecto de tres años conlleva una inversión muy importante y unos riesgos altos. Esto está limitando los proyectos en altura y creo que vamos a ir hacia los proyectos entre 20 y 30 niveles para que su desarrollo sea de 18 a 20 meses y no sea un tiempo mayor. En general, el sector de la construcción sí que se ha visto afectado por la pandemia. No hay personas dispuestas a hacer inversiones como las de Torre Amura. Ahora mismo se están mirando las cosas con mucha preocupación y análisis.
De cara al futuro, ¿tiene en cartera, o existen en el país nuevos proyectos de edificios tipo “Torre”?
Nosotros nos estamos enfocando a edificios de 20 o 30 pisos. Además, también tenemos un volumen importante en proyectos relacionados con la vivienda social porque no solo diseñamos sino que también revisamos y realizamos inspección técnica de estructuras. Todas estas líneas de negocio nos permiten estar vinculados con las estructuras permanentemente. En la actualidad, el código colombiano establece el procedimiento a seguir en caso de rehabilitación estructural para “llevar” las construcciones existentes al cumplimiento de la normativa actual. Esto es un mercado importante para nosotros, ya que todos los edificios públicos deben actualizarse y cumplir con la normativa actual. En estos momentos, hay estructuras de muchos años, de edificaciones que se construyeron sin ningún tipo de norma, y proceder a la rehabilitación no es fácil. Llevarlo a cabo es bastante difícil, pero se está haciendo.
Ustedes, además, también quieren implementar un método europeo para construir sótanos, en suelos blandos, con pantallas empotradas y ancladas con cables. ¿Podría explicar esta técnica que procede de una empresa francesa?
En Bogotá, por las condiciones de suelo blando que tenemos, se implementó el sistema de construcción de arriba hacia abajo. Es un sistema por el que se construyen las placas de un nivel y luego se va bajando hasta la cimentación. El problema que tiene es que es un sistema bastante lento y la estructura queda con muchas juntas para hacerla construible. Por ello, hemos buscado una alternativa de una empresa francesa para hacer los sótanos con pantallas empotradas y ancladas con cables.
Esta técnica se había desechado en Bogotá alegando algunos problemas, pero creo que la técnica es factible. La estamos valorando y estamos usando CYPE, con su programa de Muros pantalla, para hacer estas revisiones para las pantallas empotradas y los anclajes temporales. Nuestra idea es intentar incentivar esta solución constructiva en otros proyectos. En este punto, es importante señalar que las soluciones de CYPE en el campo de estructuras cada vez son más completas como es la de la interacción suelo-estructura, algo fundamental cuando tenemos suelos blandos.